A partir de una bacteria láctica (el Lactobacillus
plantarum) se han obtenido propiedades anticancerígenas. Esta
nueva propiedad fue descubierta por los expertos del Grupo
Microbiología e Inmunología de la Universidad de Jaén, y fue publicado en la revista Endocrine,
metabolic & immune disorders drug targets. Ellos
obtuvieron la bacteria de manera natural a partir de un lácteo fermentado el kéfir.
Estos científicos comprobaron los efectos tóxicos
de la bacteria (Lactobacillus plantarum) en
células con leucémia mieloide.
Primero de
todo,
cultivaron las bacterias y separaron aquellas
sustancias
expulsadas por las bacterias; que les sirven para comunicarse con
su entorno y con otras bacterias.
A continuación, se dieron cuenta que en esos
compuestos se encontraba la solución. Debido que
frenaba el
crecimiento de las células tumorales y como resultado
también ocasionaba la necrosis de dichas células.
Este proceso se produjo debido, a que el compuesto expulsado por las
bacterias, producía la diferenciación celular. Es
decir,
este compuesto era capaz de distinguir entre las células
afectadas y las no
afectadas. Esta acción es muy beneficiosa ,
porque
las células afectadas por el cáncer
crecen de manera
desordenada y sin función. De este modo las células que no
mueren encuentran una función y dejan de ser
perjudiciales.